Elizabeth Araux: la sonorense que convirtió la Tierra en aula, en causa y en legado

Elizabeth Araux: la sonorense que convirtió la Tierra en aula, en causa y en legado

Hermosillo, Sonora; 24 de noviembre de 2026.—Antes que el aplauso, antes que el reconocimiento, y antes incluso de la ciencia, a Elizabeth Araux Sánchez la mueve una convicción: las mujeres también transforman el mundo desde las entrañas de la tierra. Y esa certeza, cultivada durante más de tres décadas, encontró hoy un eco nacional.

En Acapulco, durante la XXXVI Convención Internacional de Minería, la geóloga sonorense recibió el Premio Nacional de Educación en Ciencias de la Tierra 2025, un galardón que no solo celebra una trayectoria profesional, sino que reconoce una vida entera dedicada a abrir caminos donde antes no había veredas para las mujeres.

Elizabeth no habla desde un pedestal. Habla como lo hace una mujer que ha cargado mapas, cuadernos, muestras de roca y sueños; que ha dado clases con el mismo rigor con el que mira a sus estudiantes a los ojos para decirles que sí pueden. Porque ella lo hizo. Porque ella abrió la puerta antes de que fuera permitido tocarla.

Una vida entre minerales, aulas y niñas que descubren la ciencia

Hace más de 35 años que Elizabeth Araux pisó por primera vez un salón de Ingeniería de Minas en la Universidad de Sonora. Desde entonces, formó profesionistas, lideró programas académicos, coordinó carreras, y dejó huella en generaciones enteras.

Pero su historia no se cuenta solo en cargos; se cuenta en infancia.
Porque Elizabeth no solo enseñó a universitarios: llevó la ciencia a más de 30 mil niñas y niños a través del Pabellón Minero Infantil y el Taller de Mineralogía para la Niñez, programas que ella misma fundó para sembrar preguntas, curiosidad y futuro.

En cada taller, una niña descubría algún mineral y al mismo tiempo descubría que la ciencia también tiene rostro femenino.

Una voz que impulsa a otras mujeres

Además de académica, Elizabeth es esposa, madre, y actualmente Secretaria del Comité Directivo Local de la AIMMGM en Sonora y Presidenta de Mujeres WIM, desde donde ha organizado foros para visibilizar algo que siempre defendió desde su aula:
Que las mujeres no solo pertenecen a la minería, sino que la engrandecen.

“Han sido 35 años dedicados a la formación de profesionistas, especialmente mujeres”, dijo al recibir el premio. “Nuestro talento existe, aporta y transforma”.

Sus palabras no suenan a discurso: suenan a experiencia, a lucha cotidiana, a los techos que rompió cuando no se hablaba de inclusión, y a las puertas que sigue empujando para quienes vienen detrás.

Una defensora del conocimiento como herramienta de bienestar

Con la serenidad de quien conoce la tierra y su energía, Elizabeth asegura que la minería es una industria noble que sostiene a las demás. Por eso encabeza proyectos como FAMA, iniciativa alineada a la Agenda 2030 de la ONU para brindar asesoría técnica a comunidades mineras artesanales que carecen de apoyo.

Sabe que la ciencia también es justicia social.

Una mujer que deja huella

Quince libros, miles de estudiantes, miles de niñas y niños inspirados, decenas de comunidades apoyadas, liderazgo nacional y un legado académico que ya dejó raíces.

Pero si algo define la trayectoria de Elizabeth Araux es lo que su reconocimiento implica para las mujeres de Sonora:
que la ciencia no solo necesita mujeres; necesita mujeres como ella.
Mujeres que enseñan, que abren camino, que construyen futuro con cada palabra, cada clase y cada proyecto.

Hoy, el premio lleva su nombre, pero la inspiración la llevan quienes crecieron escuchándola decir: La Tierra también es territorio de mujeres.